martes, 1 de septiembre de 2009

Vampiro Universitario

El siguiente es un sueño que tengo de forma repetida aunque con diferentes variantes, a final de cuentas la idea básica es la misma, angustía y una sensación de desesperación por sentir que no puedo con la escuela. En serio. Está es la versión que tuve anoche ( muy fumada y con par de elementos bastante inspesperados ) :



Me voy acercando al salón de clase, la clase ya ha empezado y puedo escuchar la voz de la maestra llamando la atención del grupo, les recuerda que el trabajo en equipo es importante, el verdadero trabajo en equipo. Cuando estoy junto a la puerta me doy cuenta que es mi maestra de matemáticas de segundo grado de secundaria, en ese entonces era ya una viejecita de 65 años bastante rigurosa en su forma de calíficar, fomentaba la competencia, y paradójicamente en mis tiempos de secundaria no cabia el trabajo en equipo en su materia. La cosa es que por cuestiones inexplicables del universo, ella está dando clases en el tecnológico. Y ahora si fomenta el trabajo en equipo.

Me llama la atención la arquitectura del salón de clases, de repente me doy cuenta que este salón no es del tecnológico, su mera ubicación geográfica, la vegetación que lo rodea, algo esta fuera de lugar. Me recuerda mi salón de la preparatoria, aquel que estaba junto a las canchas de basquetbol.

Pero en este momento nada de eso es importante, no puedo sino pensar en las palabras que escucho de la maestra, son una especie de ataque directo a mi, y eso que ni siquiera estoy dentro del salón. Joder, ni siquiera me ha visto. Me lo estoy tomando muy personal.

Después de todo alguien a quien siempre le han dicho que es muy prometedor, alguien que siempre recibe felicitaciones, alguien que siempre tiene los mejores resultados en las pruebas, no puede asimilar tan fácil estar fallando así de mal. Perdedor.

Me paro junto a la puerta y justo cuando la maestra atrae la atención de todos hacia un rincón del salón de clases me desplazo hacia una de las bancas de adelante. Fum. El que me haya notado entrar solo habrá visto un borrón. Odio mi nueva naturaleza, a pesar de las habilidades que vinieron con ella odio que me limite, odio haber perdido mi vida. Odio estar fallando. Ser un perdedor.

Entonces empieza a hablar mi mejor amigo, uno de mis compañeros de equipo, habla de como la poca participación de algunos compañeros en algunos equipos merma el rendimiento del grupo en general. Seguramente se refiere a mi total ausencia en los últimos días. Vaya, ni mi mejor amigo es capaz de comprenderme. Joto ¿Es tan difícil entender que esta situación me impide ser y hacer, me convierte en una sombra de mi? No te deseo estar en mis zapatos "amigo". Es entonces cuando tomo la desición de abandonar esa parte de mi vida, no me lleva a nada sino a ser autodestructivo, mejor centrarme en lo poco que puedo hacer ¿Quién necesita un título después de todo? Salgo del salón de la misma forma que entré, ya no me preocupa si me ven moverme a alta velocidad, si ven el extraño brillo rojo en mis ojos al usar mis habilidades. Que les den a todos. Me detengo junto a la puerta y le doy una ultima mirada a mi grupo, es mi primer grupo de la carrera universitaria, les irá mejor sin mi.

Después todo fue un borrón y en algún momento ya muy desesperado y triste por mi situación logré despertar, después de tantos años no superó ese asunto de no haber logrado terminar mi carrera universitaria, creo que es la primera vez que el asunto se pone medio sobrenatural conmigo siendo un vampiro. Ha de ser culpa de los vampiros emos de Twilight.

1 comentario:

Unknown dijo...

Qué te puedo decir, más que a veces es necesario exorcizar esos demonios, esas pinches dudas que nos carcomen...