lunes, 25 de mayo de 2009

A domicilio

Existe un fenómeno que ha de pasar en muchas casas mexicanas, al menos en la mía si sucede y en la de mi compinche también. Y en la de mis primos, y en la de mis amigos, y en la los amigos de mis amigos.

Es un fenómeno que se presenta sobre todo a la hora de la cena o los domingos por la tarde o noche. Alguna vez les ha pasado eso de decir "vamos a pedir pizza/comida china/tortas a domicilio" y fuuum, de repente están uds. solos en la habitación. Como si pedir comida a domicilio fuera algo muy dificil, o doliera, o si los que atienden los telefonos no hablaran español... bueno eso último es muy posible, y es que sí, seamos sinceros, a nadie le gusta pedir comida por telefono.



De entrada si estamos hablando de una de esas grandes cadenas de pizzeria nada más hacen contestarte y escuchas un parloteo semihumano que pretende ser la promoción del día. Claro tu no sabes en que momento se terminó la lista de promociones y te dijeron: le tomo su orden... asi que te quedas callado unos minutos mientras esperas a ver si el ser humano del otro lado ya acabo su perorata o si nada más esta tomando aire.

Bien, por fin empiezas a pedir, y te comentan que no hay esto pero si hay lo otro y te interrumpen a cada rato para mencionarte que por X cantidad de pesos te agregan hasta las joyas de su abuela. Claro, tu como no tienes idea de si la familia o amigos quieren lo que te ofrecen haces una pausa cada vez para preguntar "que por X pesos me agregan Y cosa", no falta el hermano sordo, o el amigo tonto que no entiende a la primera de que le hablas y te pide una explicación larga acerca del asunto.

Cuando estás ya en paz con tu pedido te dicen que en tanto tiempo están en la puerta de tu casa y tu feliz de haber superado la prueba.

Pero aún no acaba, llega el repartidor y:
1. No tiene cambio.
2. La pizza/torta/platillo no es lo que ordenaste.
3. Si es lo que ordenaste pero resulta que por telefono no te mencionaron que se había acabado tu salsa favorita que es justo lo que hace que valga la pena la comida.

Si, pedir a domicilio es horrible, yo por lo menos prefiero ir por mi comida, ver como la preparan o al menos de donde la sacan, claro no siempre hay tiempo. Quiza de no existir el servicio existirian menos personas con úlcera en el mundo.

2 comentarios:

Thermoplasta dijo...

Eso de comida a domicilio nunca me ha gustado. Siempre he pensado que antes de traerlo a mi casa se hacen pipí en el platillo.
Pero después se me olvida y me la como.

Seraphim dijo...

Lo peor seria que no se te olvidara y eso estuvieras pensando mientras te la comes.

Y si, puede que si lo hagan pero ha de aplicar eso solo a los clientes culeros XD